Alberto Abarza: “No me gusta ganar a toda costa”
El número uno del mundo comenzó su rehabilitación de la mano de la natación, sin embargo, con el paso del tiempo se dio cuenta de su amor por el agua lo cual trajo consigo grandes logros internacionales. Hoy, está en busca de una medalla en los próximos Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
El nadador profesional, Alberto Abarza de 33 años, nació en la ciudad de Santiago en la comuna de San Bernardo. Desde los 2 años, edad en la cual se le diagnosticó su discapacidad pero sin síntomas presentes, comenzó a practicar natación y a sus 25 años comenzó en el alto rendimiento para formar parte de la selección paralímpica.
Para el actual número 1 del mundo los triunfos y ambición por ganar no son su motor. La pasión y felicidad que siente al estar en el agua, son los factores que lo hicieron obtener tres medallas de bronce en el Mundial Paralímpico de natación de México 2017 y cuatro medallas de oro en el World Series de Berlín 2018, dejándolo en la cima del ranking mundial y aumentando sus posibilidades de entrar al podio en los próximos Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
¿Cómo llegaste a la natación de alto rendimiento?
- Llegué en el año 2013 con Sebastián Cárdenas, que era un técnico que tenía en ese tiempo, pero que a mí me tomó de la manera de rehabilitación. Él me buscó y me dijo: "Vamos a hacerlo de alguna manera de rehabilitación y no de alto rendimiento". Pero él realmente siempre pensó en hacerlo de alto rendimiento, pero no me dijo porque yo no lo quería hacer.

Créditos: www.paralimpicoschile.com
"Entonces me decía vamos a esta competencia y yo no iba, no me gustaba competir. Me gustaba hacer natación por nadar nomas. Pensaba: "No, no quiero competir", entonces él me motivó a intentarlo, me llevó al alto rendimiento, le debo mucho a Sebastián. Me enseñó todo lo que sé hoy en día, me clasificó a Toronto, a Río, le tengo un cariño increíble, es uno de los mejores entrenadores que pueden existir", señala Alberto.
La felicidad como un logro
Pese a que en los años 2017 y 2018 Alberto logró posicionarse número 1 del mundo en el Circuito "World Series", el cual abarca todas las categorías de las diferentes discapacidades, señala que para él la felicidad es el logro máximo al cual puede aspirar como deportista y persona. Alberto enfatiza en que ser el primero del mundo es un número más y que realmente el valor de las competencias está en la experiencia y la alegría que conlleva hacer el deporte que ama.
"No me siento número 1. Es lo mismo ser último a ser el primero, para mí. Quiero que me recuerden como persona más que como el deportista. No cambia en nada, no soy de idealizar o endiosar a las personas. Por lo tanto, mientras yo sea el número 1 como papá es lo mejor y serlo como persona es increíble. Si eres buena persona y eres agradecido de Dios van a venir puras cosas buenas. Es como la lista del colegio, ser número 1 no cambia en nada".

Créditos: www.paralimpicoschile.com
Respecto al esfuerzo y la dedicación con el deporte. ¿Cómo lo vives?
"Creo que cuando tú quieres algo no hay esfuerzo". señala Alberto mientras ve a sus compañeros nadar. Lo asimila a una relación de pareja, en donde existe dedicación, tiempo invertido, buenos y malos momentos pero finalmente todos los sacrificios realizados son por el amor que existe. Jamás su meta ha sido "ganar cueste lo cueste”, Alberto disfruta cada momento que está en el agua y el día que lo deje de hacer, será el momento en que decida retirarse de la natación.
Relata que uno de los días más significativos fue en una competencia en Santiago, organizada por un municipio, sin grandes auspiciadores, ni espectadores y menos cámaras que realcen el evento. Para él, ese día de tanta cotidianidad fue uno de los que marcó su vida. Ese día se dio cuenta del amor que tenía por el agua. Podría ser la final de los JJ. PP o un campeonato mundial, pero no, ese día entendió la pasión que siente en torno a este deporte. Un día común y corriente en donde solo estaba él y el agua.
Proyecciones para Tokio 2020
Alberto vive el día a día, no se proyecta con grandes logros ni arriba de podios internacionales. Para él, las aspiraciones de terceros no son presión para seguir disfrutando tranquilamente del agua. Respecto a Tokio 2020 espera poder clasificar y obtener tranquilamente su cupo, estar ahí, disfrutarlo, aprender y si lograse obtener una medalla sería espectacular. Sin embargo, sus objetivos van de la mano de una grata experiencia.
Final de los 50 mts en los JJ.OO de Rio de Janeiro 2016. /Fuente: Canal de Youtube 'Paralympic Games'.
Una enfermedad degenerativa con el tiempo
Abarza tiene Charcot-Marie-Tooth, una enfermedad la cual debilita la fuerza del cuerpo día a día hasta que deja sin movilidad al cuerpo. Ese, es uno de los mayores temores que tiene Alberto, despertar un día y no poder levantarse más de su cama.
"Al principio cuesta asumir una discapacidad sobre todo a los 16, 17 años. Estuve como 3 años encerrado en mi casa, pero ahora lo veo por un lado súper positivo, creo que le saco lo bueno a lo malo. Si bien, yo tengo una discapacidad que es genética, mi discapacidad en particular es hereditaria, entonces que mi hija no la tenga creo que no me puede hacer más feliz en la vida".
Datos Relevantes
La Mayo Clinic, de Estados Unidos, define esta condición como: "Un grupo de trastornos hereditarios que causan lesión a los nervios. Este daño es mayor en los brazos y las piernas (nervios periféricos). La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth se conoce también como «neuropatía motriz y sensitiva hereditaria".
Junto con esto, dentro de la sintomatología que se presenta señalan que esta enfermedad genera la presencia de músculos más pequeños, débiles y se presenta la pérdida de sensibilidad, contracciones musculares y dificultad para caminar. A la vez, es recurrente la deformación de los pies, tales como los dedos en martillo y los arcos pronunciados. Los síntomas, generalmente, se presentan en los pies y las piernas, pero a largo plazo afectarán las manos y los brazos.
Dentro de las causas que genera esta condición, se presenta como un trastorno genético hereditario, cuando existen mutaciones en los genes que afectan los nervios de los pies, las piernas, las manos y los brazos.
En ocasiones, estas mutaciones lesionan los nervios. Otras mutaciones dañan la vaina de mielina, el revestimiento protector que rodea al nervio. Ambas generan que todo el recorrido de los mensajes entre las extremidades y el cerebro tenga menos fuerza.

¿Ves el deporte como vía de escape?
-No, es algo que amo. Algo complementario. Pero no un escape, me encanta hacerlo. Nunca lo he visto de esa forma, cuando quiero parar paro, lo disfruto. No lo veo por ese lado de: "Voy a ir a hacer deporte para escaparme de algún problema".
Fuente: Twitter @mindep.
Detrás de los logros
Se levanta a las 5 de la mañana para estar en la piscina del Estadio Nacional de 6 hasta 8 am, posteriormente de 9 a 11 am se va a hacer pesas al gimnasio, descansa algunas horas en la tarde, y vuelve a la piscina olímpica para nadar de 2 a 4 pm. Posterior a sus jornadas de entrenamiento, se dirige a ver a su familia.
"Mi familia la compone mi hija, Becciée Saray (significa "amada princesa" en una mezcla de francés y hebreo), estamos los dos. Cuando me toca con ella (Alberto está separado de la madre de su hija), tengo que llevarla al colegio, peinarla, hacer una vida un poco más familiar, tengo la fortuna de estar 7 días con ella y 7 días su mamá. Tenemos la tuición compartida con respecto a mi hija. Ha sido una excelente oportunidad en la vida".
En su vida personal se considera una persona muy tranquila, le cuesta mucho ser deportista al no tener una ambición ganadora y darle todo el sentido a una medalla como mucho de sus pares. "Soy más de disfrutar, de pasarlo bien y de aprender. Como anécdota, por decir, estaba en un mundial y a uno de mis rivales se le hizo tira su traje de baño y yo le pasé el mío, el mejor traje que yo tenía", comenta Alberto.
No le gusta ganar a toda costa, si va a ganar será sabiendo que lo hace mejor, no derribando a su rival de mala forma. Señala que no puede tener una actitud ganadora cueste lo que cueste, estar fijándose en el oponente para poder triunfar.
Le gustaría que lo recuerden por su alegría más que por sus logros. Por la simpatía, por ser una buena persona que le transmite ánimo a los demás.
Para conocer más la vida del nadador Alberto Abarza, síguelo en su cuenta de Instagram.
La herencia deportiva para Becciée
En el ámbito deportivo, Alberto le dejaría a su hija la alegría y las derrotas. "Es una parte bonita del deporte, más que los triunfos, creo que las derrotas se las dejaría, de ellas podemos aprender". Enfatiza que en los triunfos no hay mucho aprendizaje y que es bueno aprender que todo en la vida se puede mejorar.

Alberto junto a su hija Becciée Saray./Fuente: Instagram @alberto.abarza